Un año más... ¿qué puedo decir? ha sido genial compartir en este blog mis textos y recibir de quienes nos hacen el día una buena respuesta...
sin más preámbulo, me abocaré a agradecer a la banda que nos visita, a los fans, seguidores y musas, amigos y sobre todo al zoo, todos hacen un poco para que este espacio sea posible...
ahora presento un poema titulado "El Mismo Niño", que a pesar de ser un poco extenso ya lo tengo catalogado como algo especial... esperemos lo disfruten...
"El Mismo Niño"
La calle en tu luz se baña
y se anima con tu encanto
¡Oh amada!, y yo contigo
soy como un niño callado,
seguro de que a tu lado habrá un amor infinito.
Las rosas del jardín se opacan
cuando te miran pasando,
pues te envidian y yo envidio
ese mirar que dice tanto,
quisiera ser aire escaso de tus suspiros.
Se vuelve cuna tu espalda,
tus frases de amor en canto,
encallan en mis oídos
palabras que dicen “te amo”
la frase que yo me callo espera el momento preciso
Todo era bello en la casa,
todo era amor en tus brazos,
la almohada estando dormidos
aun nos dejaba soñarnos,
y ahora que he despertado ya no te encuentro conmigo.
Te busco y encuentro nada,
te fuiste sin dejar rastro,
corre agua de aspecto tibio
de mis ojos a mis labios,
sin haberme hecho algún daño me siento herido.
¿Qué hizo que te marcharas
y me dejases llorando?
¡Oh amada! Si es sacrificio
ven a pagarlo a mi lado,
pues no sé cuál fue el pecado que merece tal castigo.
El tiempo me cura y daña,
y siento que he madurado,
en calma vivo el suplicio
de no tenerte a mi lado
la vida se va encargando de volver hombre a tu niño…
Ya miro sin esperanzas,
lo triste de aquel retrato,
¡Me amabas!, Y brota un río
que mi vista va empañando
el hombre huye aterrado, y del amor se ha escondido…
Hoy descubro esa palabra
que por tanto te he guardado,
se escapa por mis sentidos,
ya quiero ser escuchado,
aterrizar mi “te amo” en tus oídos.
El hombre se toca el alma
y tu nombre ve tatuado.
¡Palabras!, “por siempre unidos”
y en niño se va tornando,
fue bueno y bello el pasado, él ya no busca el olvido.
La calle luce tan ancha
desde que faltan tus pasos,
¡Oh amada! Soy como un niño,
enfermo por solitario,
un triste y abandonado remedo de hombre perdido.
Las rosas del jardín te extrañan
la sed las está matando,
la magia de lo divino
no existe desde hace tanto,
y un niño desesperado busca tu hechizo.
Lo que espero son desgracias
porque vivo del pasado,
aguarda el mismo niño
aquel momento sagrado,
cuando otra vez nos veamos para estar siempre unidos.
Aun me afecta esta distancia,
y aun vuelta un recuerdo lejano,
¡Oh amada! ¿Dónde te has ido?
¿Por qué aun escucho tu canto?
¿Por qué a pesar de los años no vuelves conmigo?
Cada amanecer me engaña
pues me despierta a tu lado,
se empañan de un sueño vivo
los ojos que te miraron,
los ojos que te lloraron… los ojos de un triste niño…
El crepúsculo anunciaba
era momento para amarnos,
rodeaba tu cuerpo el mío,
hallaba el cielo en tus brazos,
el cielo hoy vuelto pedazos que alberga llover salino.
Y a pesar que todo cambia
y han pasado mil ocasos,
mis plegarias son lo mismo:
un triste ruego cansado,
un ruego que se va ahogando en el más oscuro abismo.
Las estrellas nos miraban,
y aunque estemos separados
yo te busco en mi camino,
yo, que siempre te he esperado
aun tendré abiertos los brazos cuando vuelvas a este sitio
La luna me pide calma
cubriéndome con su manto,
como arrullabas al niño
que hoy precisa de un abrazo,
ese niño abandonado que aun te espera con cariño…
Las noches en la ventana
llueve en él dentro en el cuarto,
extraña el mismo niño
la luz que inspiras al paso,
las frases de amor hechas canto, el sueño de amor infinito…
Cada nuevo amanecer me mata,
y aunque todo haya cambiado,
¡Oh mi amada!, aun necesito
saber que estás a mi lado,
que sepas: después de tanto sigo siendo el mismo niño,
el que en sus ojos cansados la esperanza muestra brillo…